Por la calle yo camino,
todo suena, todo es ruido,
cada paso va perdido
en un sueño clandestino.
Gente corre en su rutina,
yo resisto y no me enredo,
busco amor aunque esté lejos,
sigo luz en cada esquina.
Voces frías me salpican,
pero el alma no decae,
aunque el viento se distrae
mi esperanza multiplica.
En la vida no hay atajos,
solo ritmo en la caída,
y en la herida más sentida
es que encuentro mis relajos.