Ella
Mis ojos son dos flechas
dirigidas hacia ti,
como dos buenos cohetes
y no son dos cualquiera.
Él
Y mis ojos son escudos
que a tus flechas pararán,
aun llevando tu veneno,
lo enfrentaré sin apuros.
Ella
Inocente te hizo Dios,
bien lo sabes tú
y mis flechas dolerán
igual que un aguijón.
Él
¿Atacar...? ¡Ataca ya,
qué me río a carcajadas!
Solo risas me provocas
y en mi guarida lo verás.
Ella
Dejémonos de juegos
y ajustemos nuestras cuentas
en paz y calentitos,
pues solo quiero premios.
Él
¡Esta guerra se complica!
Mi artillería sacaré
muy llena de lujuria
y en mi guarida... no finjas.