Pon muchísima atención,
amigos verdaderos, solo Dios,
conocidos, alabadores, y traicioneros,
suaves palabras, malignas intenciones.
El peligro es evidente, pero la vista es ciega,
cautela, prudencia, enojo justificado,
las armas contra sus palabras,
la astucia contra su fuerza.
No todos son astutos,
nunca los que se piensan
astutos lo son, el orbe
no es amigable, parece,
pero no lo es.