Qué momento en el que gratamente percibí tus huellas,
pero qué instante en el que inmisericordemente te pierdo;
de mi personalidad, conociste su aspecto de torpeza,
sin darme cuenta, viste a un infante en pañales,
no soy así siempre, no sé como caí en ese acto,
te vas... y se desarma en mi ser el motor
de mis pulsaciones, mi centro se queda en turbación
mórbidamente con la sensación de no haberte mostrado
mi esencia, aquella con la que te tomaría de las manos,
para volar juntos sobre mundos en perfección,
bañados de los sentimientos tuyos y los míos,
no pude contener ante ti, mis acciones que hoy desprecio
y te cansaste en poco tiempo de mí, y me quedo en soledad
y ahora intento pensar que nada pasó, y no lo logro,
que mi alma sabe de ti, y un alma jamás olvida,
¿será que deberé tenerte sólo en remembranzas?
sólo me queda decirte gracias, por bendecirme,
porque aún en la brevedad transformaste mi suerte,
lamento estar lejos de ti, aun sin un adiós...
bendijiste con tu autenticidad a mi ser en su frialdad
y ahora solamente me queda proseguir
en pos de ti hasta \'más allá de la muerte\'...