En el jardín de la vida, las metas son las flores que brotan con fe,
cada pétalo una esperanza, cada aroma un acto de amor y de paz.
Cultiva con esmero tus sueños, en la tierra fértil de la devoción,
donde la oración es lluvia y la meditación, el sol que al alma da calor.
Como el río que fluye constante, busca la verdad en las sagradas escrituras,
en sus versos hallarás guía, en sus palabras, la eterna aventura.
Haz de tu estudio un refugio, un encuentro íntimo con la divinidad,
donde cada duda se aclara y cada certeza se afianza con humildad.
Que tu oración sea el puente entre tu corazón y el divino escuchar,
un diálogo sincero y profundo, que en la fe te haga confiar.
Que tus palabras sean el eco de un espíritu que a lo alto aspira,
y en cada súplica, un abrazo que al Creador inspira.
Vigila el espejo de tu alma, reflejo de lo que consumes y creas,
elige el entretenimiento que edifica, que de lo efímero te aleja.
Administra el tiempo como el artesano, que de la madera talla obras de arte,
que cada minuto sea valioso, y en el servicio a los demás, halle su parte.
En la ayuda a los hermanos, encuentra el camino para crecer,
en la enfermedad y la vejez, oportunidades para el amor ofrecer.
Con tecnología y tiempo, extiende tu mano, sé el soporte y la guía,
que en cada gesto de auxilio, se refleje la bondad del día a día.
Lleva las buenas nuevas a quien aún no conoce la luz del amor divino,
que tu voz sea la mensajera de un reino de paz, destino peregrino.
Que tu paso por la vida sea un testimonio de fe inquebrantable,
y en cada acto de compartir, tu espíritu se muestre incansable.
Si el sendero te lo permite, en el servicio de tiempo completo encuentra tu lugar,
que en la entrega total, puedas en plenitud tu propósito hallar.
Que cada meta sea un peldaño en la escalera que Jehová conduce,
y en cada esfuerzo, una ofrenda que al Padre produce.
Así, joven de corazón puro, en la búsqueda de metas que valgan la pena,
encuentra en la fe tu fortaleza, y en el amor al prójimo, tu eterna cadena.
Que tus pasos sean firmes, tu mirada al frente y tu espíritu valiente,
en la construcción de un mundo mejor, sé siempre un agente consciente.