SIN SOLUCIÓN
No es más que un día más,
allá por el horizonte
el sol se nos va asomando,
tímidamente,
-aun no llega a calentar-
Se adivina un día amable,
el tiempo acompaña al espacio.
Oculto tras la ventana
-parapeto improvisado-
escucho a la urbe activarse,
la mañana se despierta
y sube el pulso a la escena.
En una obra cercana
la melodía ruidosa
de la vida en construcción
me satura los oídos
y mientras tanto, a lo lejos,
cada vez se hace más fuerte
el murmullo de los niños,
dirigiéndose al colegio
para forjar su futuro.
El bullicio de sus voces
me trae el recuerdo olvidado
de otros tiempos más felices,
de energías desbordadas
empujando hacia adelante,
formando parte de un todo.
El día se va animando…
Y entonces miro hacia abajo
y observo con desencanto,
en medio de tanto esplendor,
la imagen gris y apagada
de una pieza que no encaja…
…Lentamente,
el padre con paso doliente
empuja una silla de ruedas
que acomoda la condena
de su hijo desvalido.
Cada paso es un suplicio:
-la pierna derecha vendada,
como una bandera blanca
que ondea su rendición-
Va arrastrando como puede
el peso de su fracaso,
asumiendo con tristeza
que en el tándem que conforman
es el más afortunado.
Lo del niño es otro caso:
su mal no se arregla con vendas,
no hay remedio para tanto.
Igual que un muñeco roto
al que abandona la infancia,
se resigna a estarse quieto,
es la desgracia hecha estatua.
Sentado en la silla, encorvado,
con el gesto decaído,
se aturde mirando hacia el suelo.
Tan cercano y a la vez
tan difícil de alcanzar…
¡Imposible! ¡Quién pudiese caminar!
Me quedo pensando en los pasos
y llego a la conclusión
de que a esta procesión,
los fieles la han traicionado.
Y así los veo marchar
acercándose despacio
a la masa acelerada
que acaba por engullirlos,
por anularlos,
cual si no significaran.
Allá va también ese niño
a forjarse su futuro, truncado,
tan incierto como vano.
Quisiera acabar esta historia
hablando de la esperanza,
quedarme con el principio,
con la super-acción,
pero no siempre se gana,
a veces se agotan las fuerzas
para enfrentarse a la vida
y se enquistan las heridas.
A veces no hay solución…
LUJITAR (21-9-23)