Francesco Alaniz

A mí Gran - Ada, capital internacional de la poesía.

El silencio se plasma 

entre ecos infinitos,

de sonidos que se diluyen.

 

Cuando la inspiración se bloquea

pero la rima serpentea,

el alma se desplega 

entre sentimientos y verborrea.

 

Y es que perderse es encontrarse,

el sentido de la vida es rescatarse,

entre amalgamas de pensares,

de fantasías y realidades,

de abundancias y calamidades.

 

El arte y artarse,

el numero y la letra,

¿hacia donde transcurre la existencia?

entre multidiversas experiencias,

bizarro y celeste,

extraordinario e irreverente,

subyacente y discurrente.

 

Atenuantes errantes,

emociones exorbitantes,

sentimientos perjudicables,

pensamientos radicales.

 

irrisorias mis fantasías

que entre poemas sonetizan 

un sueño que al cuerpo eriza,

viendo a la que con volcanes sus pechos cubría 

¡Hay Granada del alma mía!

Sultana que rebrota entre las cenizas,

tu inspiración es la garantía de esta mi poesía,

la esperanza en medio de esta agonía,

de que estas palabras en tus atrios exulten algún día

tu eterna gallardía.

 

Tan gitana y tan mestiza, 

de aborigen alma,

tus lagos acarician

con aguas dulces tus mejías,

aquí en Centroamérica tu espíritu palpita.

 

Inmedibles son tus islas,

que del Mombacho se originan,

como el numero de las  noches y los días,

trescientos sesenta y cinco piedras del volcán emitidas

que al gran lago yacen sumergidas,

circundan ante vos Granada mía,

como centinelas que no descansan

las isletas en tus aguas erigidas

 

¡Hay Granada mía!

capital eterna sos de la poesía.