Finjo mi vida en plena libertad
coronada con hojas de laureles
y con euforia tomo mis pinceles
y trazo rayas a mi voluntad.
Finjo que pinto con seguridad
monumentos y ríos y vergeles
y que modelo el trote de corceles
estampa fiel de la felicidad.
Mas, mi azarosa vida es un fingir
me deniegan su brillo los colores
descollando los grises sin recato.
Y fingiendo que vuelvo a resurgir,
las blancas telas mancho sin rigores
y con yerros arruino mi retrato.