Carlos Eduardo

I n f i e l

El daño estuvo, señor bachiller Alonso López, en venir, como veníades, de noche, vestidos con aquellas sobrepellices, con las hachas encendidas, rezando, cubiertos de luto, que propiamente semejábades cosa mala y del otro mundo; y así, yo no pude dejar de cumplir con mi obligación acometiéndoos, y os acometiera aunque verdaderamente supiera que érades los mesmos satanases del infierno; que por tales os juzgué y tuve siempre. EL QUIJOTE

 

      Estephanía se casa con Leonardo, 2 años mayor que ella, el mismo día por el registro civil y la iglesia en la hacienda de sus padres a 800km de la ciudad capital, quien era tío de ella como primo en segundo grado por parte materna.

 

       No hubo oposición por parte de la familia.

 

    Estephanía había sido adoptada al año de edad. 

 

    Durante el parto a la madre de su hermana Epiphanía le extrajeron el útero por una preeclampsia.

 

    Ambas hermanas de la misma edad, se criaron juntas en el campo, compartieron su vida hasta los 17 años, cuando un fin de semana de verano decidió la familia realizar un paseo a Niebla; la luna estaba llena y Estefanía no pudo participar.

 

  Epiphanía ese día fue arrastrada por una hola, la mar devolvió su cuerpo yerto después de algunas horas; la recogieron en la playa, la trasladaron a la hacienda, dónde la velaron y enterraron en la capilla.

 

   Asistieron numerosos familiares, conocidos, compañeras de colegio, profesores al funeral. Profundamente desconsolada Estefanía fue acompañada, por Leonardo quien ya la conocía desde algún tiempo en una visita.

 

    Estefanía comenzó a estudiar medicina en la escuela de la Universidad Católica de Chile en Santiago; se fue a vivir con una hermana, soltera, de su padre, que trabajaba en un banco.

 

   El departamento que habitaban era espacioso y pertenecía a su madre, lo requerían para sus asuntos en la capital.

 

   Cursaba cuarto año de la carrera, cuando profesores y alumnos del curso celebraron una fiesta de camaredería en el club de campo médico en la Dehesa, allí se encontró con su tío Leonardo, para entonces mayor de ejército, conversaron, él la invitó a cenar al club militar al sábado siguiente.

 

   Comenzaron una relación, que al cabo del mismo año, Leonardo terminó  pidiéndole matrimonio.

 

   El día de la boda Estephanía, antes de partir a tomar el avión que los llevaría a Santiago, desde dónde volarían a Río de Janeiro a celebrar, se ausenta para cambiarse de vestido.

 

   En la habitación, tiene una jeringa con un fuerte anestésico, se lo aplica directo en la vena, suicidándose.

 

   Le deja un mensaje a Leonardo pidiéndole perdón por la determinación. 

 

    Estephanía sabía que su madre estaba sujeta a un tratamiento, por ello tenía a mano los remedios de ella.

 

   La decisión la tomó durante el almuerzo, recién terminada la ceremonia religiosa, recorrió en breves segundos, el tiempo vivido junto a Epiphanía, desde sus primeros pasos hasta su muerte, cuánto la quería, la complicidad, sus juegos, paseos a caballo en el campo, nadando desnudas en tazas ocultas de vertientes naturales ...; iluminándose su mente un instante; estaban perdidamente enamoradas una de la otra. No podía traicionarse a sí misma.