Ay mi muerte, mi suerte y mi padre
solo me has dejado ceniza,
dos fotos que tú imagen aluza
y esperanza contenida en odre.
Que lejana suena tu presencia,
pero aquí dentro retumbas
cálido, callado, en los albas,
yo guardo tu inflable esencia,
tocando la canción de tu ida
yo te ofrezco mi cantina
está ofrenda poco fina
de dulces y licores bienvenida.
Ay mi vida, mi santa y mi madre
solo me has dejado tu risa,
dos consejos que sigo a prisa
para no sentirme pobre.
Que lejano siento tu cariño,
que aquí dentro tanto siento
taciturno, fiel y contento
yo guardo amor de niño
la sensibilidad de tus palabras
yo te ofrezco mi corazón
está ofrenda de compasión
de recuerdos, de lo que amabas.