Ely.M.

Un fantasma ha despertado

Algo está roto dentro mío,
algo no deja de sangrar de a poco.
Hay viejas heridas que parecen volver a abrirse 
y de nuevo todo vuelve a pintarse de gris. 
Mi cielo está nubloso y unos cuantos rayos de sol logran atravesar esa inmensidad de nubes para darme un poco de su luz.
Siento que está tan oscuro aquí dentro, por eso a veces yo misma me niego a entrar a ese rincón tan pequeño y tenebroso.
Hay fantasmas escondidos en cada rincón.
Y yo que debería domarlos y mantenerlos en control les tengo miedo. 
Los guardo con llave como en una vitrina, como aquello que se ve pero no se toca.
Jamás deben tocarse.
Yo misma me lo prohíbo.
Pero a veces el pequeño gramo de valentía que me acompaña se atreve a tomar ésa llave y entrar a explorar un poco.
Sabemos donde parara eso.
Pero la valentía no quiere excusas ni pretextos tontos.
Quiere enfrentar aquello que sabe que parece que jamás podrá vencer. 
Y yo solo la veo hacerlo y termina estrujándome el corazón, haciéndolo trizas de nuevo.
Por eso esos ojos de lluvia, por eso la mirada triste,
por eso la sonrisa fingida.
Un fantasma logró su cometido, hacer que se escapará el cachito de felicidad de otro día más.
Así pasa a veces.Necesito poner cadenas y amordazar a la valentía. No escuchar su palabrería. Ponerla como un loro en su jaula. Hasta que aprenda que a veces no debería alardear ni hablar tanto porque así no se puede escuchar lo que otros dicen y menos lo que hay dentro de uno mismo.

Hay fantasmas que simplemente no debemos despertar jamás.