J. Armando Cano

QUE DIOS BENDIGA A LOS POETAS.

 

Por todos los sentimientos que nos hacen ver,

por sus rimas, por sus versos.

Por la pasión en la madrugada,

por sus odas y sus llantos,

porque nos hacen soñar.

Por sus silencios y sus risas,

por sus antiguas caricias,

por las olas de su mar.

Por sus selvas, por sus playas.

Por el multicolor pincel

con que a diario nos dibujan la vida,

por su sangre y su herida,

por la angustia de una huida

de unos brazos, de unas caras.

Porque llevan la música por dentro,

por tropezar con ellos en las calles, en el metro.

Porque no merecen ni un beso.

Por pasar desapercibidos,

por sufrir en solitario,

por no tener dueño ni horario.

Por no contar tres lectores,

por hacerla de doctores, brujos, chamanes,

cupidos del corazón y del alma.

Por no tener ni una musa

al alcance de su cama.

Por ser malabaristas del verso y las palabras.

Por intentar ser profetas.

Por querer ser los cuerdos en una jaula de locos.

Por todo, todo eso,

¡Que Dios bendiga a los Poetas!

 

©Armando Cano.