Habían tenido cuatro hijos, el segundo de ellos, murió súbitamente, cuando aún no había cumplido catorce años.El patrón, le hizo las exequias de lujo, lo quería como un hijo, era su preferido. El había quedado viudo y no había tenido descendencia alguna. Su trabajo era su motor y consuelo, se movía en camioneta, de la ciudad al campo, y del campo a su casa sombría..Tenía un contable, para los trámites burocráticos, pero nunca le sacaba el ojo de encima. Era un hombre de muchos refranes, y repetía mucho el ojo del amo engorda el ganado. Joaquín el padre del difunto hijo, era el capataz, hombre de confianza, también a pesar de que no había mucha diferencia de edad, lo había criado como otro hijo.Una cámara se rompió, este se daba maña para muchas cosas, pero allí había que realizar un trabajo de plomero, por lo que contrató a uno de la ciudad vecina..A la tarde cuando va a ver la obra finalizada, ve que no está bien. Se lo dijo y en un rapto, este cogió una herramienta pesada y lo amenazó casi casi para tirársela a la cabeza..Joaquín, sin perder los estribos, con su voz calma le dijo: Mire acá yo soy un simple empleado y esto no está bien hecho., con un pie en la cámara, tuvo que echarse para atrás, por si le daba en la cabeza...El plomero se dio cuenta del dislate, y arrojó la herramienta lejos.-Le pido mil disculpas,- El exabrupto fue totalmente inesperado.
Tuvo un final feliz, pero Joaquín tuvo a la parca muy cerca, ese hombre aparentemente pacífico, enloqueció cuando le dijeron que: su trabajo no había sido bien hecho.
(rosi12)