Se anuncia estrambótico,
acompañado llega,
del quejido robótico,
desasosiego y duermevela.
Marchan por todas partes,
reclamando en tonos petulantes,
enmarcando un misterio,
imposible tomarlos en serio.
Cuando el alba se va presentando,
las ánimas se van degradando,
en olores de color y matices de sabores,
adiós a todos nuestros viejos amores… adiós.
Unas líneas para lo extraordinario,
las que se quedaron en el pasado,
el resto para el gato y el teléfono,
pues ellos me rondan a diario…