Jorge L Amarillo

Condena

Es este el mundo donde me han condenado

a ver siempre la misma sombra en la pared,

a jugar con el aire con un simple cigarro

cuyo humo da formas a lo que aún puedo ver.

 

Toda mi imaginación sabe a un gran pecado

donde amargas lágrimas calman mi sed,

donde mi carne y mi alma me hacen tan humano

mientras el reloj aquí gira, pero al revés.

 

Tiembla el miedo que en mí quedó abandonado

mientras como un cristal roto, trato de unir al ayer,

con orfandad de caricias en mis manos

y un espíritu que a mi mente le arrancó su fe.

 

Es esta soledad donde me han amarrado

las febriles pasiones que no supe retener,

y es este mundo donde me han sentenciado

esperando aquello que, ya nunca, jamás ha de volver.