OscarCampos

Piedra

 

 

En las afueras de una ciudad infinita se encuentra la piedra del silencio. Un memorial a aquellos habitantes que aferrados a la tierra latina bebieron agua de los ríos, se bañaron en sus cascadas, meditaron en húmedas rocas, y gritaron por su tierra y lloraron por el cementerio sagrado de sus ancestros sumergido bajo el agua.

Un día de libertad, sus gritos despertaron las raíces de los árboles. En un instante llego el silencio que gira en la montaña, quizás hasta que la paz desate la tierra esclava.

Habitantes fantasmas dejan flores frente al santuario; aun oran en silencio.

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Hay cosas extrañas en la memoria

cuánto silencio habita

en el pensamiento y el alma.

 

La oración es un grito

del alma

la palabra callada

no es más que el miedo

callado en la violencia

así el viento muere entre el follaje

y las flores silvestres del camino

una historia olvidada.

 

Hay nombres

tallado en la piedra

la justicia

no debe borrar las huellas de la libertad

 el tiempo

 transforma en silencio

los gritos de vida.

 

 

Cada piedra

contiene la luz de una historia

 un refugio infinito

 que la memoria

con sus grietas como heridas

que nunca cierran

no confunda el silencio

con la verdad

y la oración con la esclavitud.

 

Una piedra en su calma

guarda el alma

un pueblo imaginado

y un suspiro de historia

que los ancestros recuerdan

cuando la paz

cuando el silencio

se enreda en el poder.

 

En la piedra

se pinta corazones

mensajes inentendibles

se derrama pintura

es que la memoria ha perdido

pero la verdad vuela en la montaña.

 

En la piel de la piedra

hay un grito

de justicia que no se apaga

y una libertad que no muere.

 

La memoria parece débil

la verdad una piedra

santuario vivo del tiempo…

 

¿Quién aprende sin memoria?