¡Vertigo!
Me tiembla con fiereza el esqueleto,
en mi vida me he visto en este aprieto
tan grande que se seca mi garganta.
¡Mirar desde este puente me quebranta,
mi miedo a las alturas se agiganta
y la angustia que siento es tanta, tanta!...
Me muero solamente de pensar
en volver o... ¡quizás en avanzar!...
Espero que me guarden el secreto:
¡La altura mis angustias solivianta!
Quien pudiera ¡volar, volar, volar!