La Divina Comedia
Santiago entristecido palidece,
las nubes en los cielos son oscuras;
no existen los amores, ni ternuras,
pues fría la ciudad nos estremece.
La pena, la amargura también crece;
las rosas, las violetas y jazmines
perfuman mausoleos y jardines,
la voz por el dolor nos enmudece.
Entonces se termina entristecido,
al ver que en un instante se termina
la vida. Me estremezco estar pálido,
la muerte es nuestra cruel fiel asesina
y en lúgubre tumba muerto o dormido.
y el fuego del infierno nos calcina.
Jaime Correa
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