Te escribo estos versos, pensando que en algún lugar los lees, en aquella banca donde nos conocimos, o bajo la fuerte lluvia donde congelados nos quedamos en un fuerte abrazo.
Pensando que si me lees volverías a buscarme, o a escucharme, porque en algún lugar mi voz sigue resonando intensamente sobre tu alma.
Tus cabellos largos, dos serpientes que me amarraron al compás de una balada romántica, ¡Ay tu pelo! El aroma de tu ancho pelo, me recuerda al verano, a tu risa loca.
Si lees estos versos, quiero que sepas que fue culpa de mi terrible nostalgia, quien me arrastró al lugar dónde coincidimos, a ese primer beso que casi nos dimos, a las palabras que nunca nos dijimos.
Recuerdame con odio o con amor, pero recuérdame, tu recuerdo es una navaja que espabila incesantemente en mi conciencia, ¿te olvidaste de olvidarme o olvidaste olvidarme, te cansaste de odiarme, o te dió miedo amarme?
Por eso en esta en noche te escribo estos versos, pensando que en algún lugar los lees, en aquella banca donde nos reímos del pasado, o si desconoces por completo al poeta que agarró tu mano.