María C.

DANA

A veces el destino nos juega malas pasadas,

tiene esa baraja entre sus garras

y a su antojo las hace barajar, y si sale lo malo,

pues no queda otro remedio que aguantar.

Llegaron las lluvias tan necesarias, pero malas,

no alertaron del peligro tan grave

y DANA desbocó el río Turia, y fue la tragedia río abajo,

arrastrando vidas, coches y todo a su paso.

A veces el DESTINO es maligno y deja un rastro fatídico.

Pido una oración para todas esas personas que ya no tienen nada,

y que han de empezar de cero, los que con vida quedan,

pues muchas familias han muerto ahogadas,

las imágenes te dejaban la piel del alma erizada,

repito a veces el destino es demasiado cruel con los humanos,

y las gestiones de los humanos, también funcionan fatal.

¿Se podía haber evitado ese trágico final? Piensan muchos que si.

La foto lo dice todo, de verdad es un juego macabro a veces vivir.

En paz descansen los centenares de fallecidos, ánimo a los que se creen vencidos.