Elias Castellano Blanco

LA ROSA, EL ROCÍO Y EL SOL

 

 

Dulcemente, la rosa dobló el tallo
cuando el rocío en ella se posara,
y fue, de su belleza el fiel lacayo
que el fino terciopelo acicalara.
Mas transformó su beso en un desmayo
el sol, que en un momento despertara,
secándole a la hermosa flor surgente
en llanto de su amante penitente.