Muchos que dicen sonar solo chillan,
digo aludiendo a los grandes poetas,
esos que escriben las rimas secretas,
sin consonancias y nos maravillan.
Otros ejercen derechos y humillan,
al soñador con sus propias recetas,
con objetivos que fijan las metas,
donde los ojos felices nos brillan.
Por dar el ritmo al sonido correcto,
abriendo el pecho y poder escuchar,
lo que la oreja pudiera mirar.
Este terceto, tan pleno de afecto,
es de lo escrito lo más incorrecto.
¡Qué. Tantas reglas se pudo saltar!
Autor: Randoc Nadino.
Mario Rodolfo Poblete Brezzo.
02 de Noviembre del Año 2024.