Raiza N. Jiménez E.

Una Vejez Digna.-

¿Oye tú, te urge? Ya qué has inquirido, cuándo muero.

No a mí, por cierto, cosa rara qué, sí, me ha extrañado.

Cierto, yo no lo sé, pero, debiste preguntarme primero.

Mira tú, si yo lo supiera, nunca te  hubiese engañado.

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No diré qué tu pregunta, no me inquieta y me trae dudas.

Dios, cómo no agradecerles, la astucia a las Evas mayores.

Hay saber en la abuela que habla de esas qué, son viudas.

El Chulo que se junta a las abuelas, viene por sus “Valore$”.

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En la realidad de estos viles tiempos, no vale el: Yo no sabía.

Pocos se ofrecen a cuidar y honrar a los viejos y a sus canas.

Este no es ese cuento del viejo y sí, de lo que el Chulo, ansía.

Claro es qué, no está por cuidar al viejo, sí por cuidar la lana.

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¡Es deber de los hijos, ver de los padres, hasta que mueran.

A los padres, hay que evitarles ofensas y líos que, los hieran!