Jesús Francesco Landín Flores

La calavera

Calavera de obscuridad, 

guardiana de mi ciudad, 

tú que observas en silencio, 

esperando poderme llevar.

 

Aquel abismo de tinieblas,

del que todos murmuran, 

y del que nadie se escapa,

donde el tiempo se fractura.

 

Tú que aguardas con calma,

un alma para saquear, 

arropada en sus pecados, 

a la que jamás has de perdonar.

 

Te rinden culto en sus miedos, 

pero no vislumbran tu misericordia, 

pues te apoderarás 

de aquellas almas perdidas, 

que anhelan su redención.