Sorprendente es, mil cosas hacer;
entre laureles eternos,
entre mezcla de arrepentimientos
y reparaciones de uno mismo.
Hay algunos momentos de latidos sollozos,
o envueltas en lágrimas;
y otros de disfrute y alegrías,
de descansos y fantasías.
Decirte a ti mismo: ¡Tú puedes!
Es una medalla que no siempre se tiene,
es un logro que no siempre resuena;
pero es importante cuando está
y aprovecharlo bien cuando necesario es.
Hacer y llegar sin importar
las malas opiniones sin sentido de los demás
es un regalo entre ramos de flores
para los superadores,
que puede entrar al alma
y a sus balcones.
El corazón es lo que muchas veces decide y siente,
entre complicaciones y juegos,
entre el cariño y los deseos,
en mares discretos,
en ruidos a veces tensos.
Lo primordial es seguir el camino del bien;
Lo agotante y agobiante es
en ocasiones la tardanza.
En algún momento se llega,
continuando con valores y esmero,
se va a arribar a lo que se anheló y deseó
desde hace ya tiempo.