EL ECO DE LA DESIGUALDAD
En este mundo de apariencias y distinciones,
Donde las clases sociales marcan divisiones,
Hay personas, que presumen su esplendor,
Brilla con arrogancia, sin conocer el verdadero valor.
Se cree superior, por sus comodidades y riquezas,
Como una reina en su palacio, llena de grandezas.
Pero olvida que en esta vida, todos somos iguales,
Como flores en un jardín, con diferentes matices.
Imaginemos un mundo donde todos se den la mano,
Donde la compasión sea el lenguaje humano.
Donde cada acto de bondad sea un rayo de luz,
Iluminando el camino hacia la igualdad y la paz.
En ese mundo ideal, cada ser se sienta amado,
Sin importar su origen, su color o su pasado.
Donde la verdadera grandeza se encuentra en dar,
Y la verdadera riqueza se mide por cómo amar.
Aspiremos a construir un mundo sin divisiones,
Donde prevalezcan la justicia y las buenas acciones.
Donde las personas, con humildad y generosidad,
Descubran la belleza de la auténtica humanidad.
¡Qué hermoso sería un mundo sin barreras,
Donde la clase social no determine nuestras vidas!
Donde cada ser humano sea valorado y respetado,
Y donde la igualdad sea el estandarte elevado.
©Corazón Bardo