Me dijo ya es hora ya me tienes que soltar,
Hasta el fantasma del ayer me tuvo que abandonar,
Me quedé solo tristemente vagando en el espacio,
Fui sin rumo, paso tanto tiempo y fue despacio
Que deje de pensar, no quedo nada, solo puede olvidar.
En el infinito no sirve recodar y ahí aprendes a soltar,
Arrancar cada pensamiento, solo flotas en la nada,
Eterna oscuridad, cerca del sol y la luz queda callada.
Solo eres tú, ahí solo eres tú, perdiendo la conciencia,
Reflexionando que la inmortalidad no es buena idea,
Pierdes la paciencia triste pero sobrevives otro día,
Esperando que ya no sea así, y es una triste alegoría.
Ocupo el basto infinito para disfraz mi soledad,
Para escapar de mi, vivir feliz en otra realidad.