Federico Rivero Scarani

Tú soledad

La aurora de Montevideo tiene colores supremos
que pintan el cielo con tonos de ensueño,
despertando la ciudad con su luz suave,
un lienzo de esperanza en cada destello.

Y una bahía con barcos rodeados de luces sobre el río
se convierte en un espejo de estrellas y sueños,
donde las olas susurran historias antiguas,
y el viento canta melodías de tiempos eternos.

Los barcos, guardianes de secretos marinos,
navegan en la calma de la madrugada,
mientras las luces, como faros divinos,
guían sus pasos en la noche encantada.

Montevideo despierta con un suspiro,
abrazando el nuevo día con fervor,
y en su bahía, los barcos y las luces
bailan al ritmo de un eterno amor.