Como la aurora riega con luz
mi despertar turbado,
y la fuente de mi sangre
empapa los rojizos cálices
de mis desecadas venas;
como la aurora riega con luz,
mis lágrimas que son gemas
extraídas de los ríos
introspectivos y fríos
drenados por mi conciencia.
Como la aurora riega con luz
cuando la memoria arranca
bocados de mis vivencias
y el corazón se incorpora
a los latidos del alma,
la noche con su negritud
fusila en un paredón,
con balas de prepotencia,
los prodigios que la luz
cede para mi existencia.
JOSE ANTONIO GARCIA CALVO