Cierto en su ambigüedad
La llave de lo que está caído
Llora con el rocío atomizado
Fluye en la banca, entre techos
Ahíto de insolencia e intemperie.
La bóveda se doblega sobre sí misma
La voz del sótano asciende
Un secreto enclaustrado
Mira por la entrepuerta, sin pasar
No encontrarás nada que abra
Lo que permanece en ti hermético
Carente de sustancia
Carente de sangre.
No habrá salida para el que añore
la verdad, sin haber franqueado el ocaso
de todas las cosas perecederas
de todos los seres y sus barrotes
animales retóricos, sedientos de signo.