Aún entre las cenizas del alma
crepitan tenues sentimientos,
aún entre los escombros del cuerpo
hierros surgen cual monumentos.
Tras tormenta, océano en calma
abandonado por los vientos,
árido, inerte como desierto
libre de todos los alientos.
Liviana se posa sobre la palma
blanca paloma de lamentos,
anunciando el final de todo anhelo
y todo duelo entre fragmentos.