Tan solo esencia.
Tomas el destino en el tiempo,
luminiscencia, toda de porcelana.
Llamativos matices cromáticos,
en el flujo de la vida oscilan en equilibrio.
Plateados peces voladores,
reflejados en sedosas aguas cristalinas,
afables se divierten en libertad,
hasta las fibras retozando dichosos,
cuál hada se entretiene en el valle.
Existe un diminuto pórtico,
entre el cielo y la tierra, en el umbral,
aquella zona, las alimañas circundan,
con grotescas tendencias compulsivas,
resuman despreciando sin razón ni piedad.
Valor quebradizo y obstáculos oscuros,
impiden oír lo que no tiene sonido,
las arpías sobre las espaldas,
afanosamente mastican cuellos,
impregnándolas de una vil perversión.
Esquirlas de una esencia mutilada,
la pureza de un incomprendido interior,
trozos de mi ser quebrado en lo tenebroso.
La caída para aquellos,
a los cuales le arrancan sus alas de cuajo,
les deja atrapados en una tierra bañada de amargura,
intoxicada la inocencia, ignominia.
¿ La vida se me va ?
Sí, he muerto en muchas épocas sombrías
embistiendo y congelando el dolor,
aun a los perdidos de las estaciones,
el cielo les llora en el ocaso gris,
Revienta inconsciente la palabra:
¡ ME DUELE !
En el aire de la noche, la angustia se vuelve canto,
maldiciendo en tétricos universos,
en el transcurso me embriago y desahogo mi tristeza.
Con lo que es la última súplica,
se anhela suturar algunas llagas,
el sosiego furtivo se agazapa en rincones.
El día a día se viste de armaduras,
una sobre otra para evitar dañar,
tratando de proteger lo que queda de inocencia.
Manos de luna pálida acarician mis mejillas,
he pasado por incontables lamentos,
igual que he negado la realidad que se distorsiona.
Sobre pesados pasos que dejaron huellas,
permanecen cicatrices imborrables,
bajo cielos de desilusión, apóstatas unicornios se rebelan.
{ Cómo me gusta soñar }
sin importar que el oleaje aviente hacia el desfiladero,
desgarrando la esencia de mi alma herida.
Seres indecisos con antorchas en la penosa noche
caminan y prosiguen,
lavando de vez en cuando,
sus pies descalzos y estropeados.
Se alojan en árboles de otoño,
arrastrándose con ojos negros,
resurrección en peldaños de mármol,
a los días finales en el campo non santo.
¿ Quién quiere ver cómo es la vida realmente ?
Cuando cada mirada hiere como una navaja.
Desearía que el viento llevara mis tribulaciones,
aunque así fuere, las sombras pierden sentido,
como muros erguidos sin compasión,
y en la desolación, mi corazón se siente errante,
cada silencio ata mi anhelo a paredes distantes.
Razonable es mientras se desintegra,
y, aquí estoy, tan solo esencia soy,
en los suburbios de un paisaje desolado.
xElthan.