Joseph Stuardo

Hablemos de adultos

Pequeños niños

En grandes pieles

De frágiles mentes

Guardados pinceles

 

Se lanzan piedras

En forma de ruido

Veo cómo la vida

Los ha corrompido

 

Deciden muy tarde

De nuevo se equivocan

Como cualquier otro, claro

Pero mucho se alborotan

 

En sus burlas y excusas

Entre líneas muy difusas

Mencionan a sus padres

Que no los criaron cobardes

 

Pero yo los he visto llorar

¿Por qué se esconden?

Los he oído gritar

¿Por qué así se responden?

 

Mi crianza fue buena

Mejor fue la mía

¡Pero ninguna es perfecta!

¡Creí que ya se sabía!

 

¿Qué no recuerdan que sus padres

También fueron niños?

Curiosos, felices

Despreocupados

Con brillo

 

Los veo estresados

Clavados al trabajo

Celular en la oreja

En la mano, otro alivio

 

Otra queja

Licencia

Otro dolor

Lo aguanto

 

Muy pocas veces

Tienen el tiempo

Para escuchar a sus niños

Acompañar sus cantos

 

Maldito, infeliz sistema

Vete al carajo

 

“Que un psicólogo lo haga

Yo lo pago

Por eso trabajo”

 

¡No me importa el dinero

Solo quiero tu abrazo!

Yo, que de lejos los veo

Con mis hermanos en brazo

 

Los miro hacia abajo

Y se me estrecha el cuello 

Me miro las manos

¿Acaso, de grandes, seremos ellos?