Para salir a una fiesta, mi prima pepita y yo, alistamos lindos trajes, adornados con encajes, al estilo Rococó...
Blusas de colores vivos y las faldas bien ceñidas, collares de verdes brillos, en los dedos los anillos y hermosas trenzas teñidas...
Zapatos de alto tacón para bailar bien la \"Salsa Antillana\", Mapalé, Mambo y Merecumbé, así el cuerpo se relaja.
Finalizada la fiesta, alas cinco de la mañana, un torrencial aguacero volvió la calle aguadero, a esa hora tan temprana...
Como la casa era cerca, bajo el fuerte vendaval, al no disponer de barcos, pasamos saltando charcos y sucedió algo bestial,
Pues los benditos zapatos mostraron ser pacotilla: se despegaron la suelas, en tan aguada refriega, convirtiéndose en papilla...
Llegamos hechas guiñapo a la casa, sin zapatos, y mi madre abrió la puerta y se quedó boquiabierta al mirar nuestro espectáculo...