Nace un leve susurro,
cual latido en el pecho,
y crece, muy muy ligero
como una pluma en el viento,
arrastrando lleva a su paso
casi todos nuestros sueños.
La ilusión es hilo de plata,
brilla aún en penumbra,
ciega desdibuja el miedo,
danza que todo embellece.
Y nos hace soñar con lo etéreo.
Espejismo que pasa fronteras,
y al cruzarlas, se descorre el velo.
Creamos castillos de luces,
sin pisar a veces el suelo
y de estrellas fugaces llenamos
estiajes de un río tierno.
En la esperanza se enciende,
el suspiro perdido en el aire,
como una promesa, incierta y volátil,
tan dulce como el beso primero.
Todavía hay quien la llama
mentira sutil y no miento
más para otros es vida y latido
la chispa que incendia el alma
y disfraza la sombra de luz
viviendo en nosotros tan dentro.
Ilusión, es bruma que envuelve,
y en su abrazo nos hace volar,
de la razón traspasa el límite,
y nunca se alcanza en el cielo.
¿Es verdad o solo deseo?
Quizás, al final, no importa su esencia;
la ilusión es lo que nos despierta,
el impulso suave de la existencia.
Y como agua entre las manos,
se disuelve en un instante,
sentido nos da a los pasos,
y nos volvemos su reflejo
icástico y casi eterno.
JUSTO ALDÚ
Panameño
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