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Este poema está inspirado en lo ocurrido durante la madrugada del 4 de noviembre del 2019 y horas posteriores.
El día que volví a nacer, por lo que hoy cumplo 5 años.
Aquella infausta alborada
de aquel noviembre invernal
a punto de dar las cinco
comencé a sentirme mal.
Aún era de madrugada
y me vine a despertar
con sensaciones extrañas
y me empecé a preocupar.
Tenía intensos ardores
y opresiones en el pecho;
por lo que rápidamente
me levanté de mi lecho.
Yo no sabía que hacer
y en la supina ignorancia
intuí lo que pasaba
en aquellas circunstancias.
Y apareció en mi cabeza
ese número oportuno.
Respondieron: -¡dígame!
-más sin apremio ninguno-.
Yo me expliqué como pude
y entre dientes mascullaron:
-ahora vamos.
Y vinieron, me miraron.
A la ambulancia llamaron
-sin prisas y sin sirenas-.
y entre tanto mi reloj
se quedaba sin arena.
Y en mi extenso calendario
no cabrían más horarios,
ni cumpleaños ni citas
ni notas en mi diario.
Ya de camino pensé
recostado en la camilla
que sin saber bien porqué
comenzó esta pesadilla.
Y esperando “a no sé qué”,
me dejaron un buen rato
cuando debían de haberme
ingresado de inmediato.
Y después de tanta espera
me metieron en un cuarto
y de electros y de pruebas
empezaba a estar muy harto.
Porque en medio de aquel caos
comencé a sentirme exhausto.
¡Es normal sentirse así
debido a los microinfartos!
Cuando por fin se aclararon,
mi corazón agotado
amenazó con parar
y de una vez acabar.
Menos mal que…
aún le quedaba cuerda
para seguir dando vueltas
a la vida sin parar.
Al momento me operaron.
Y al parecer… me contaron,
pues no lo recuerdo bien,
que acababa de nacer.
Ahora llevo en mi organismo
un muelle sin mecanismo
que denominan “stent”.
Me siento por lo insertado
mediante cateterismo,
un poco robotizado.
-pero no quiero alarmaros
ya que sigo siendo el mismo-.
Y después de todo aquello
las gracias tengo que dar,
ya que gracias al infarto
he dejado de fumar,
hago ejercicio a diario,
como equilibrado y sano,
y el alcohol está prohibido
si quiero cumplir más años.
Y yo que a las aspirinas
consideraba amenaza
ahora tomo diez pastillas…
¡no quieres caldo… tres tazas!
Del poemario: Cosas que nunca dije
Esta obra tiene derechos de autor y será publicada en breve.
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