Yahann Romero

Colillas

Aprendimos a besarnos descaradamente

ante el escrutinio de todos

sin siquiera tocarnos los labios.

 

Aprendimos el sabor de nuestros besos

utilizando cigarrillos mentolados como mensajeros.

Aprendimos a diluir con nicotina nuestro deseo

ese mismo que se nos colaba en la sangre

mientras nuestros pulmones pedían por dulce aliento

 

Aprendimos a pronunciar italiano

susurrándonos la misma canción en repetidas ocasiones.

 

Aprendimos a tocarnos la piel

abrasándola con la mirada.

Aprendimos a despojarnos de nosotros mismos

aprendimos a pisotear los celos

aprendimos a valorar la ausencia.

 

Diseñamos un código tan simple

que solamente los tontos lo entienden

hablábamos en un idioma tan claro

cuya sintaxis era franca y cuya semántica se resumía

en el sabor de nuestras feromonas.

 

Aprendimos a besarnos a las luces y a las claras

usando cigarrillos como mensajeros...