Lucía Gómez

LAS NAVES DEL INSOMNIO...

Venían en cadena,

las naves del insomnio.

El pelo encanecía

de recitar poemas.

Y yo era el mar y el mar,

era bueno conmigo.

Venían en hilera

todos los pensamientos.

La luz era amable

y alumbraba el poniente.

Venían en hilera

la ausencia y el olvido.

Amorosa, esperaba

las sombras en la noche.

Y yo, era el amor.

Y Dios,

era bueno conmigo.