Un lucero lejano en la noche su luz ha prendido
y su brillo ilumina temblando mi sueño perdido,
si la luna te puso allá arriba cual triste consuelo
de un poeta que carga en la noche su loco desvelo,
de mi parte dirás a la luna en lenguaje de estrellas
que el lucero en que sueñan mis ojos sea visto por ella
y que así su mirada en lo alto funda en alegría
con un beso supremo de luces su alma y la mía.
Si el lucero que buscan mis ojos decoras con flores
a ese beso supremo de luces, de aroma y colores,
a ese beso que nunca nos dimos, tal vez el destino,
nos dibuje una huella en el cielo que muestre el camino.