La magia de reconocernos
en la mirada del otro.
Donde todo desvanece,
y la única verdad
somos tú y yo.
Volando entre universos,
viajando entre dimensiones,
reconociendo mi sombra en tu luz,
y mi luz en el eco de tu sombra.
Redescubriéndonos,
el uno al otro,
bajo la luz de la luna,
siendo ella el único testigo
de nuestro amor.
Al verte comprendí
que las estrellas brillan para mí,
y que ellas me otorgaron
la bendición de tu luz.
Como una estrella fugaz:
efímero amor,
efímera presencia,
pero majestuosa experiencia.
En la rueda de la vida,
guía ancestral del ciclo eterno,
encuentro sabiduría en tus pasos,
paz en tu presencia,
y amor en tu ausencia.