Te miré con ira, maldito hijo de puta(...)
Ni siquiera tuviste la valentía de mirar y explicar que pasaba por tu mente,
Simplemente te reflejaste y sin mirarme ni un segundo(...) te comenzaste a afeitar, te lavaste la cara, lavaste tus dientes y sonreíste para marcharte(...)
Cuando yo mas necesitaba consuelo,
Sabías a ciencia cierta que estaba en el suelo,
Viste sin ver como me arrancaba el corazón,
Necesitaba que dijieses \"tranquilo, no hay ninguna razón\" (...)
Y ahora simplemente reflejas a otro pasajero en aquel baño,
Sin importar ningún daño,
Sin remediar en nada,
Sin preocuparte que mi alma fue empeñada.