Como un aire limpio de nueva vida,
entre los 80 se acercó a mi juventud,
cambiando mis pensamientos ya herida
renovadas ya lejos gran pecado de esclavitud:
un gentil ingenuo a Dios ser infiel loco.
No fué inmediata tarea ser creyente
los fué 15 años como Pablo, tampoco
se me manifestó, fué lento el Todo exactamente.
Al hombre polaco, su magia no fué cuento
ni bala pudo con él, hecho tiene su importancia,
mas prueba de Dios no falla, este mal intento,
fuerza de Dios a todo místico, se va la ignorancia...
regresa nobleza del corazón, se va la calamidad:
San Juan Pablo II, Santo que iluminó la oscuridad.
Octubre 2.024
Nacho Rey