Atrapada en un bucle, recogiendo mis pedazos e intentando esconderlos uno por uno, atrapada por las noches, cuando el insomnio se adueña de mis ojos, de mi mente noche tras noche.
Sonreír se ha vuelto necesario , intentando llenar espacios y evadir preguntas como si fuesen el peor adversario, ahora entiendo las miserias ajenas, la necesidad de reír a carcajadas por el vacío de un alma en pena.
La lluvia amenaza mis ojos desnudos, mandando ráfagas de viento y yo solo caigo al suelo como un moribundo.
De todo el dolor solo quiero amarte hasta lo profundo, aferrarme a tus brazos como un niño pequeño y disfrutar de ti lo que queda en este mundo.
Amarte como te amo, extrañarte como te extraño, desearte como lo hago y rogarle a dios tocar tus manos enredados con los míos.