Estoy buscando a la estrella,
pequeña llama que durmió con simpleza,
sonriendo tímidamente arriba del bosque desolado,
narró historias que solo ella entiende,
y su mirada es la que llena de tragedia;
me recuerda que existe la belleza,
las estrellas siempre se escriben en pasado.
Se fue la luna con su sombra,
obscuridad de nueve pasados,
complicidad en igual numero de gatos,
es por esa mentira que está, pero que no se nombra,
pues su esencia es ninguna.
Enciendo a las nubes,
con sus colores,
para hacer llevadera a esta vida,
¿Alguien a visto a Romina?
ella está ausente y perdida,
ambas y ninguna; Romina tiene mal de amores.
Debería explicarlo todo,
más no entiendo como,
la luna brilla con deseos robados,
y la estrella, satélite que orbita;
ella debería simbolizar a Romina cantando,
un poco más alegre y menos solita…
Si aún me siguen esperando;
lucero y mujer errante,
díganles que ya llego,
que soy distante,
pero que las voy soñando,
ciego, siempre ciego;
por una melancolía,
a la cual me entrego; también la llaman amor… creo.