José Luis Barrientos León

Acudí a ti. 

 

Acudí a ti,

como un hombre vestido con armadura

sin luz en el alma,

tratando de cubrir mis faltas con velos y sedas

como disfrazando las historias agitadas

el pasado sin sentido, frío y analógico

que rechazaba la verdad por temor a sí mismo

 

Todo en una línea paralela

delineada por la obsesión a los despojos

al entusiasmo de vivir sin nombre

con la incapacidad de renunciar

a la historia con dignidad

a la colección de hojas muertas

de noches interminables

de párpados cerrados

con alegorías de mariposas muertas

 

Acudí a ti,

y miraste mi cuerpo con la bondad de tu indulto

con la sutileza de tu sonrisa

que corrió lentamente las sábanas

para reclinarse a mi lado

como fruta tierna que se conmueve en las manos

engendrando la luz para que el tiempo no exista

y borrar las penumbras

alrededor de mi alma