Hoy probé otra vez la suavidad de tu piel,
Y como lo hice en el pasado, volví a vibrar.
Vibré, pero no con el vigor de otros años,
como cuando tocábamos juntos los astros.
Vibré, y el deseo en mí, volvió a renacer…
Pero no fue solo un deseo impúdico y soez.
Fue amor y pasión, fundida en una acción
fue confianza y ternura lo que en mí renació.
La confianza, esa de tenerte muy junto a mí,
la ternura por saber que sigues y seguirás aquí.
Hoy probé otra vez la bendita suavidad de tu piel,
Y volví a vibrar, y otra vez, fuimos uno como ayer.