Salvador Galindo

Martirio

Dame el martillo y el cincel

con el cual sacrificas al santo.

 

Dame la lanza de sangre

Con la cual disparas al Sol.

 

Respira este polvillo cruento, opaco

transmutador de rostros y máscaras.

 

Sella de cabeza a corazón

Este pacto de materia eterna

Palpa sus pliegues torcidos

Palpa, bendice la materia

En tu espíritu y en tu cerebro

y solo podrás vivir el final.

 

Pero viviendo podrás comenzar a morir

Para sumergirte en la luz

Y ser parido –de nuevo- por el vacío.