jorge enrique mantilla

Un nuevo aire en los amores

Un nuevo aire en los amores

 

 Pasaron los años y el tiempo se llevó el sufrimiento, la desolación y los dolores

 Se secaron las lágrimas, que una vez rodaron del interior de los corazones

 La herida abierta apagó el ruido y silenció la fuerza ardiente de los motores

 Se secó el jardín florecido, las fragancias, las alegrías, las sonrisas y otras sensaciones

 Se acabaron los sueños y aparecieron las pesadillas, las sombras y sus horrores

Aquella mujer ingrata se llevó el amor y la vida, dejando el alma cargada de humillaciones, llantos, padecimientos y traiciones

 Llegó la hora y el día esperado, de darle a la vida otros amaneceres y otros rayos esplendorosos acogedores

 Y qué el ardiente sol, caliente el alma y el calor inunde de sentimiento las agitadas respiraciones

 Que brille otro rostro, lleno de alegrías y sonrisas de amores encantadores

 Que esa mujer irradie vida y admiración, al fragor de la intimidad de las pasiones

 Que comparta el ocaso en su atardecer, con el cántico de los ruiseñores

  Que haya diálogo y tolerancia y se esfumen para siempre las álgidas discusiones

 Y en el balcón, florezca el jardín cargado de pétalos de colores con sus bellas y acariciadas flores

 Y llegue de Dios, sus esperadas, añoradas, queridas y adoradas bendiciones

 Y la barca llegue a buen puerto, con el timonel y la acompañante con sonrisas y con abrazos acogedores

 Que la melodía retumbe en los corazones, alegrando la vida con sus alegres canciones

  Y el pabilo de la pasión encienda la llamarada en la cabaña, cada dia, con sus soles abrazadores

Y las noches se llenen de luna llena con sus claridades y resplandores

 Que se abra la ventana y el aire huracanado levante las enaguas y los camisones

 Y tiemble la habitación con los fragores, sin pecado, ni confesión con la emoción de los seductores

 Que la hermosa y placentera intimidad, sea la invitación a las acaloradas excitaciones

 Y el gemido de la ardiente pasión se escuche en la montaña con sus ecos ensordecedores

 Que todo sean manifestaciones de amor y lujuria, de fogosidad, frenesí y alegres diversiones

  Y que el olor de la mujer amada, inunde el cuerpo de aromas cautivadores estremecedores

 Y la vida se llene de dicha, de júbilo y felicidad, de afecto, sentimiento, cariño y admiraciones

 Es tiempo de dejar atrás esos amores que se convirtieron en odios y rencores perturbadores

 Dejar disputas, alegatos y controversias, que sólo dejan sombras mezquinas y de infames maldiciones

 Es hora de un nuevo aire, de nuevos despertares y de nuevos horizontes con el cántico de aves en sus amaneceres

 Darle espacio a otra hermosa mujer, a otra flor, a otro jardín, a otra fragancia y a otras satisfacciones

 Ver otros rostros, otros ojos gachos, saltones y adormilados y de reojo pasionarios y acogedores

 Acariciar otro corazón y de su alma buena y pura, el amor en todas sus manifestaciones

 Que sea la acompañante del camino y la luz del farol en las noches apacibles de los queridos soñadores

Que comparta ese café caliente y burbujeante en las tardes de arreboles y sea del amor, el brindis de sus invitaciones

Caminar agarrados de la mano contemplando la esplendorosa naturaleza con sus paisajes y del arco iris, sus bellos colores

Y ser un sólo corazón, una sola alma, un sólo querer, que anide de amor y pasión en la enormes y acaloradas mansiones.

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga noviembre 05-2024