Un duende tiene Sevilla
que la hace ser especial
por ese aspecto imperial,
es la ciudad maravilla.
El Alcázar, La Giralda,
también La Torre del Oro,
son ese inmenso tesoro
que la ornan, cual guirnalda.
El río Guadalquivir
bajo el puente de Triana,
es poesía a escribir
con letras de sevillana.
Con aires de suave brisa,
ese paseo en calesa,
donde voy con mi princesa
por el Parque Maria Luisa.
Siempre volveré a Sevilla,
donde conocí a mi amor
desde entonces, es la flor
de todas la que más brilla.
Nunca me voy a olvidar
de su esencia y sus colores,
por todas esas razones,
Sevilla huele a azahar.
Classman