Hundido en el baúl,
abrazado por una costra polvorienta,
héroe de tantas historias,
apartado hoy de mi memoria.
cuando mi alcohólico progenitor,
venía pegando y vejando a mi madre,
iba contigo por los castillos del olvido,
en barcas de bambú vagaba por meandros.
Me escapaba del azote de la desgracia,
me dejaba devorar por el abismo,
trasnochando bajo la luz del candelabro.
En tus desiertos y en tus selvas,
en tus alaridos y en tus silencios,
en aventuras apresuradas y en eterna espera.
Héroe inanimado,
con tantas vidas inacabadas,
Olvidado en la nada.
Triste juguete, amigo de la niñez,
compañero de esas tardes de invierno,
en el que eras cofre de mis secretos.
Entre mis trémulas y nudosas manos,
tu piel plasticosa brilla en la oscuridad que me viene.
Pero antes de la muerte,
te he sacado de tu urna,
para despedirme de mi ti, amigo inanimado,
espero que este por este tiempo sin
hablarnos,
en ti no guardes rencor,
pues eso solo es ardor del género humano.